El largo viaje de Alejandro Bordon

motivación del director/a

Antes de convertirse en un proyecto cinematográfico comenzó como un acto de solidaridad frente a una injusticia. En el año 2011 yo era delegado gremial en Aerolíneas Argentinas, cuando conocí a Susana Fleitas, mujer de Alejandro. Ella había organizado una marcha al Aeroparque para reclamar por la libertad de su marido preso por una causa armada por la policía. Alejandro era empleado de la empresa Gate Gourmet. Sin abogado, con cargos en su contra por homicidio, ella solo pedía justicia por su marido preso y se notaba que estaba dispuesta a hacerse escuchar. Quedamos en contacto con la promesa de llevar a CTA el caso para lograr asesoramiento legal. Fue el Secretario General de CTA Capital, Carlos Chile, que tomó el tema con sumo interés y propuso llamar a Eduardo Soares, abogado y miembro de la Gremial de abogados. Soares rápidamente detectó que era una burda causa armada por la policía, que el tiempo apremiaba y que iba a ser muy difícil demostrar su libertad. Mientras tanto Alejandro era trasladado al penal de Sierra Chica. Susana se movía incansablemente yendo a todos lados buscando solidaridad, tratando de visibilizar el caso de su marido. Por ese entonces se me ocurrió comenzar a registrar las marchas en reclamos de justicia por Alejandro. De a poco la idea de un film documental tomaba forma en mi cabeza pero primero teníamos que demostrar su inocencia. Una vez que recuperó su libertad le planteé a Alejandro mi interés en realizar un documental sobre su caso. Le conté la idea de hacer una alegoría de la divina comedia, ya que su historia tiene muchos puntos en común con el viaje de Dante y así también tratar de lograr una película con una narración original que pudiese fusionar el documental con la ficción y potenciar la historia y lo que políticamente queríamos denunciar: la violencia policial, su connivencia con la política y la justicia en estas causas armadas que destruyen la vida a tantas personas en nuestro país.